Araceli Gilbert
Por: Jefferson A. Núñez
Pintora Guayaquileña, nacida en Diciembre 1913, sobrina del reconocido Enrique Gil Gilbert, es sin duda una de las representantes más importantes de la plástica ecuatoriana a través de la historia, su formación artística empieza en Chile, donde, gracias a sus tutores, se gesta desde ya una cierta rebeldía plástica, esas intenciones de alejarse de lo cotidiano y buscar nuevas formas de expresión.
En años posteriores a su regreso a la ciudad de Guayaquil, se convierte en una sobresaliente estudiante del también maestro Hans Michaelson, que en cierto modo es la persona que guía sus primeros pasos por lo que conocemos como expresionismo europeo, en este entonces, su obra, aún guardaba recelosa cierta inclinación hacia lo figurativo.
Poco después emprende su viaje hasta la ciudad de New York, momento que se considera clave en el desarrollo de su ya muy conocido estilo, aquí se desempeña como alumna de uno de los padres del purismo post-cubista, el maestro Amédée Ozenfant, en el año 1946, ya en París, se refugia bajo la tutela de August Herbin, de quien tomaría una peculiar forma de conceptualizar la geometría, relacionarla a parámetros matemáticos y conjugar esto con la abstracción.
1960, transcurridos ya 5 años desde su regreso a Ecuador, Gilbert recibe el segundo premio en el Salón de Octubre de Guayaquil, para el año siguiente se haría con el primer premio del Salón Mariano Aguilera en Quito, época en que su estilo se consolida, dándole voz y sentido a sus colores, en una febril búsqueda de escapar de los límites que devenían del realismo social plástico indigenista, por lo que se convierte en una las voceras más importantes de la Vanguardia Artística Nacional, se inmiscuye en su espíritu, explora cromáticas vívidas y puras que nacen de su concepción de la cultura nacional, sus pueblos, y los patrones textiles de sus vestimentas, inspirada en los montes, la selva y regiones tropicales de nuestro país, es como nace la muy peculiar obra, de Araceli Gilbert.
1973, acrílico sobre lienzo, 220 x 110 cm.
Fuente: MuNa